domingo, 30 de agosto de 2015

¡DE VUELTA! + EXPLICACIONES + VACACIONES

No voy a decir ni "¡Hola!" ni nada. Es más, me voy a dar la "rebienvenida" a mí misma a mi blog: ¿Serás vaga? Que no eres capaz a pasarte por aquí a saludar ni nada. ¡Capulla! (¿Habéis visto, que maja soy conmigo misma? Si es que soy todo amor). Si es que ya no sé cuánto hace que no escribo. Demasiado. Ahora lo "medio hago" por Instagram. Pero a mí me hace falta esto, el decir al mundo (o a los cuatro gaticos (y monetes) que me lean, lo que he hecho, lo que he querido hacer y no he podido, lo que me gusta. En fin, lo que soy yo. Y es que llevo todo el año y todo el verano con los ojos pegados a YouTube, viendo lo que otras cuentan, y me daban envidia. Y yo sé de sobra que en la vida me voy a abrir un canal de YouTube, pero que tengo tres o cuatro blogs abiertos y que no uso ninguno. Y con lo vergonzosa que soy hablando y la poca vergüenza que tengo escribiendo, pues no había más. Lo mío son los blogs. Lo de los Vlogs no lo tengo previsto a corto plazo.
¿Y todo esto a qué viene? Pues a que es el último domingo de Agosto, a que en mi casa huele a paella que te cagas y que llevo queriendo escribir bastante y no me decidía. El olor a paella me ha inspirado. Eso, y que llevo viendo en Instagram cosas hiperadorables y supermonas que me han encantado y, no sé, me apetecía escribir. Sin más. 
[Qué rollo os estoy soltando, pero es que ya no sé ni lo que escribo de las ganas que tenía de escribir].
¿Y qué os vengo a contar? ¡Pues demasiadas cosas! No sé ni por dónde leches empezar. Quiero hablaros de lo que he hecho este verano (bueno, de lo que yo denominaría vacaciones en sí, como los días que he estado en Salamanca o en Madrid, que tampoco es que haya viajado como una loca), de lo que he descubierto, de cosas que me han encantado y quiero compartir, de mis "wishlist" de otoño, de mis futuros planes...yo qué sé. Ahora mismo tengo tantas cosas en mente, que me parece que mis dedos van demasiado despacio al escribir y que se me van a olvidar la mayoría de las cosas. Y seguramente. Tendré que hacer como tres o cuatro entradas para contarlo todo. Y creo que voy a empezar por el verano, que va a ser lo más fácil.

LAS AVENTURAS POR TIERRAS CHARRAS

Salamanca es donde comienza mi terreno vacacional. Mi mejor amiga volvía de Berlín por vacaciones e iba a pasar unos días allí. Así que yo, sin pensarlo dos veces (hacía como milenios que no nos veíamos) me cogí un bus y me planté en mi adorada Salamanca. Qué decir de esta ciudad: pues que si habéis estado sabréis de lo que hablo. Y si no, no sé que hostias hacéis con vuestra vida que no vais a conocerla. También os digo que vayáis a verla en primavera-inicios de verano, que el frío/calor charro es mu majo y os helaréis/achicharraréis. Entretiempo es el mejor momento. Llevad calzado cómodo (¡ATENCIÓN! Suelo MUY empedrado) y una cámara. Se puede hacer mucho postureo. Y eso fue lo que hicimos nosotras. Aprovechamos para re-re-re-visitar los sitios más míticos y hacernos unas cuantas fotos (que para eso mi amiga tenía una Reflex). Y las tiendas. NO NOS OLVIDEMOS DE LAS TIENDAS. La calle Toro es un templo para mí. Que sí, que la Catedral, la Plaza Mayor y la Universidad están muy bien y son muy bonicas. Pero a mí es que las tiendas me pierden. Y eso que no compré nada. Pero bueno. (OJO, que no estoy poniendo a las compras por encima de los valores culturales y el patrimonio, no soy tan estúpida).
Y lo pasamos muy bien. Te echaba de menos, T.

LAS AVENTURAS POR LOS MADRILES 
(aunque yo los llamo "mandriles" que me hace más gracia)

Me encanta ir a Madrid. Y es normal, porque si pasas de estar en un sitio en el que ya sabes todo lo que hay, a una ciudad en la que hay de todo, pues como que me compensan los 300 km. por muy pesada que sea la gente que hay en el autobús (no creo que exista un viaje en el que haya ido tranquila de verdad). De Madrid me encanta todo, menos la muchedumbre, el calor y la capa de contaminación que se ve según sales del túnel de Guadarrama. Yo sólo pienso en que nunca jamás verán un cielo azul de verdad si no se alejan unos cien kilómetros del centro ciudad. Qué horror. Pero mis descubrimientos (y todo lo que me queda por descubrir) los dejo para otra entrada. 
En esta ocasión nos vamos muy hacia el sur, a un lugar al que me encanta ir. Pero no por el sitio en sí, que no está mal, sino por la gente. Por la que yo ya considero MI GENTE. Y es que no hay verano que no supere al anterior. Éste es el tercero que voy allí a las fiestas. Y aunque este año no he participado en ninguna prueba de los juegos, creo que es el año en el que mejor me lo he pasado, salvando alguna excepción (que de esas siempre hay, qué se le va a hacer). Pero se compensa con el cariño recibido y con las risas, sobre todo con las risas. Porque me he reído mucho y me hacía falta. Y también me he tirado por un puente. Me he vuelto loquísima. Éste puente concretamente, está en la presa de Picadas. El agua da mucho asquete (es un pantano) y el puente, cuando tú lo miras desde abajo dices: Bah, pues no es pa´tanto. Ay maja cuando estás arriba. Da mucha impresión.
Pero eso no es lo gracioso del asunto. El caso es que la primera vez que me tiré, que estuve un rato grande hasta que lo hice, me llevé medio pantano en la nariz y un golpe en el culo. Caída y coordinación no funcionan con el miedo. La segunda más de lo mismo, pero al final me tiré. Pero ¡ay morena, la tercera! Me entró un canguelo de los gordos, de los de taquicardia y mareo incluidos. Lo pasé fatal. Pero es de estas cosas que, o las haces, o va a ser muy difícil que las vuelvas a hacer. Estaban esperando para grabar el salto, pero pasé de todo. Y encima fue la vez que más recta me tiré. Pero bueno, ya para el año que viene.

Sólo me queda dar las gracias a todos los que habéis formado parte de mis vacaciones. Y a los que lean mi blog, por volver y aceptar mis disculpas.

Ana

No hay comentarios:

Publicar un comentario