No lo conseguiréis.
Estoy por encima de vosotros.
Sois almas corrompidas, corroídas, estropeadas, ennegrecidas, olvidadas en el fondo de vuestro cuerpo, pisoteadas, arrancadas, maltratadas...
Prácticamente no tenéis alma.
Por ello os dedicáis a hacerme sentir mal,
para poder vengaros o resarciros del dolor que provoca haberse autodestrozado el alma.
Pero yo ya no soy una niña, pienso por mí misma y estoy muy convencida de mis creencias.
Pueden ser erróneas, pero son mías y las defenderé.
Puedo llorar, porque yo si tengo alma y me hacen daño vuestras palabras.
Pero ya no es ese dolor del pasado. Ese del que no me podía defender.
Ahora ya sé lo que sois.
Sois seres inmundos.
Y recibiréis vuestro merecido.
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