lunes, 21 de octubre de 2013

Rosas de labios

Algo tiraba de ella.
Algo la hundía.
No era capaz de diferenciar la realidad del sueño.
¿Lo había vivido? ¿Lo estaba soñando? ¿Lo viviría cuando despertase?
¿Qué pasaba?
Su cabeza era incapaz de discernirlo.
La agonía la invadía.
El capricho nº 43.
El olvido actuaría en consecuencia.
¿Impunidad? Lo dudo.
Todos acaban por desaparecer.
Todos se marchitan, como las rosas de tus labios.

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